miércoles, 2 de julio de 2014

Quiero ver a Perú en el Mundial

Yo quiero ver a Perú en el Mundial. Estoy harta de alentar a otras selecciones y de gritar goles que no me pertenecen. Pero soy consciente de que, para que eso pase, tenemos que cambiar todos. Y cuando digo todos me refiero a TODOS. En este reto, porque ir al Mundial definitivamente va a ser uno de los mayores retos que tengamos, necesitamos participar desde los hinchas, hasta los máximos dirigentes, pasando por periodistas, jugadores y técnicos. Es muy fácil pedir que se vaya Burga, pero a mí parecer eso no arreglaría ni el 50% del problema. Este asunto es mucho más grave de lo que aparenta. Las personas cultas y poderosas del país menosprecian el fútbol, pero no se dan cuenta de la magnitud que tendría el hecho de clasificar a una Copa del Mundo. En un país tan futbolero como el nuestro, creo que podríamos unir fuerzas para darnos una vez más la alegría de vernos clasificados  y estoy segura que nos serviría como empuje para lograr retos mayores, no necesariamente relacionados al deporte.

El problema del fútbol peruano, como muchos otros presentes en el país, radica en la falta de educación. Sí, es así de simple como eso. Mientras estemos últimos en el ranking PISA, no podemos pedirles a nuestros jugadores que actúen en forma inteligente cuando les cae tanto dinero de la nada. La educación viene de casa, pero también es responsabilidad del gobierno, y este en definitiva no está haciendo  un buen trabajo. Ahí radica que nuestros jugadores, que siempre vivieron con bajos recursos económicos, despilfarren su dinero y se pierdan en el mundo… netamente porque nunca les enseñaron a hacer lo contrario, nunca les hablaron del ahorro, ni de los beneficios que podrían tener a largo plazo si cumplían adecuadamente con su trabajo como futbolistas. Hay que tener claro que al peruano le encanta vivir el momento, y se olvida, muchas veces, de las consecuencias.

También es evidente que a los dirigentes de nuestro país les basta con llenarse los bolsillos para sentirse satisfechos. No solo son los encargados de la Federación Peruana los que están involucrados en esto, sino todos los clubes del Perú, que son incapaces de invertir en la formación integral de los jugadores. No basta con hacer dos canchas y comprar 30 pelotas, es necesario también ocuparse del tema nutricional, psicológico, físico y darles asistencia social a los jugadores. Yo no dudo de las buenas intenciones de los peruanos cuando salen a la cancha, no creo que, como muchos piensan, salgan a perder. Pero imagínense enfrentarse a rivales que vienen practicando este deporte desde los ocho años, con todas las comodidades y requerimientos; mientras nuestros jugadores con suerte debutaron a los 16 en un equipo que probablemente no les ofreció nada más que el nombre. A favor de los futbolistas peruanos el talento y las  ganas indiscutibles de, pese a lo difícil que es jugar fútbol en el Perú, perseverar en su afán de llegar a ser profesionales en este deporte. En contra las malas decisiones que toman cuando están en el mejor momento de sus carreras. Cuando consiguieron todo para brillar y abrirse paso en este jodido mundo del fútbol, deciden regresar a jugar en el país porque extrañan a su familia, la juerga y la comida. Complicado que con una mentalidad como esa logremos alcanzar cosas mayores a nivel selección. Pero, como dije antes, esto pasa por un tema educativo.

En cuanto al periodismo deportivo peruano, debo decir, y me incluyo, que tenemos gran culpa del problema. Es increíble la facilidad con que alabamos a los jugadores porque hicieron un buen partido y luego los acribillamos cuando fallan un gol. Mientras le vendamos a la gente la idea de que existen solo cuatro fantásticos, nada va a cambiar para bien. La prensa tiene que aportar, tiene que sumar, debe informar; no mentir, no dañar, no ensuciar. Seamos críticos con los jugadores dentro de la cancha, lo que hagan afuera hay que dejarlo para el espectáculo, para los que se ocupan del morbo, de la cochinada.

Y a todos los críticos del fútbol, a todos los que viven matando a Burga, a Markarián y a la selección peruana, les cuento que de ustedes también depende que todo cambie. Si quieren ver a la blanquirroja en el Mundial, tienen que ser más consecuentes con sus actos. No pueden un día alabar a un jugador y al día siguiente matarlo. Estaría bueno apoyar a la selección en general, no idealizar a los jugadores para luego enterrarlos en el hoyo más profundo. Hay que alentarlos a hacer las cosas bien, felicitarlos por sus logros, pero no ponerlos en un pedestal… son jugadores de fútbol, no son héroes nacionales. Por lo menos no hasta que campeonen un Mundial. No sé ustedes, pero yo quiero gritar un gol de Perú en el Mundial, ese es mi sueño y espero cumplirlo.




miércoles, 25 de junio de 2014

La mordida más polémica

El tema del día es la mordida de Suárez a Chiellini. Noticia que ha dejado al mundo impactado y que ha desatado una nueva polémica. ¿Podrá alguien explicar la locura del delantero?
Todo el mundo está hablando y discutiendo sobre la mordida de Suárez. Gente que en su vida estuvo en contacto con el fútbol dice que se le debería expulsar de por vida (por favor Dios no los escuches). La FIFA ya decidió sancionarlo sin jugar nueve partidos con su selección, cuatro meses sin fútbol profesional, 100 mil dólares de multa y lo excluyó de la posibilidad de apoyar a La Celeste desde la cancha. Para mí, esto último es un exceso. Dudo que Lucho vaya a morder al público, y dudo también de la forma en la que FIFA castiga a los jugadores; a algunos ni los mira (el codazo de Neymar a Modric, el de Beckerman a Meireles, los jalones de Chiellini hacia Cavani, etc) y a otros decide abrirles proceso de oficio. En este caso no hay reincidencia por ser distintos campeonatos, y creo que se debe juzgar a todos con la misma severidad. Entiendo a la perfección que si ven una agresión de ese tipo, salten de inmediato a querer acribillarlo, porque no es habitual una mordida, pero hoy solo quiero abrirles los ojos y contarles que el fútbol está lleno de eso: de anti fútbol.

Para empezar quería que sepan que, si bien yo no juego fútbol, sé por fuentes muy cercanas que en el área pasan estas cosas todo el tiempo. Codazos, rodillasos, jalones, insultos que duelen más que una mordida (sino pregúntenle a Zidane)... pero de esto nadie dice nada. Y es que habría que vivirlo para entenderlo. El caso del 9 uruguayo es extraño, porque su forma de desconcertar al rival es distinta, él muerde. Luis Suárez no nació en cuna de oro. De hecho la tuvo bastante difícil, y lo que aprendió sobre fútbol, lo aprendió en la calle. Es probablemente uno de los mejores ejemplares de que las raíces pocas veces se olvidan. Muchos me dirán que esa es la historia de la mayoría de futbolistas, pero no todos aprendieron mordiendo... Él sí. 

Estaban cerca al minuto 80 y Uruguay parecía quedarse fuera del Mundial, y no de cualquiera, de Brasil. Los italianos se cerraron atrás, como su hubieran nacido para eso, y Buffón ya era protagonista. Suárez rodeado por tres defensas todo el partido no encontraba espacios para mostrar su fútbol y clavarla en el arco. Jugador de calle, irracional como él solo, optó por la salida más simple: muerdo al rival y lo sacó del partido. Y efectivamente lo hizo y consiguió que a partir de esa agresión el defensa Chiellini, y todos los demás se fueran del encuentro. Ojo que nada justifica que un jugador de la categoría del italiano se deje vencer tan fácil por los dientes del otro. 
Lo llamarán viveza, bajeza, locura... pero a los pocos minutos Uruguay metió el gol que lo clasificó a Octavos y fue por pura táctica bien ejecutada. Considero que es mérito netamente de haberse aprendido la tarea de jugar a la uruguaya.

Ya para acabar, quiero dejar claro que no apoyo los actos agresivos de ningún lado. Pero no es tan simple como juzgar lo que vemos. El fútbol es mucho más de lo que se ve por televisión, en un partido pasan cosas que ni el ojo de halcón más afinado va a poder ver nunca. Y es exactamente eso lo que lo hace lindo, lo que lo hace tan impredecible y lo vuelve un deporte único. Es un deporte 100% pasional que deja poco espacio a la razón. Una mente cuadriculada jamás podría entenderlo, porque no necesita ser entendido, solo hay que vivirlo. Hoy solo trato de abrirles más el panorama, para que, si nunca jugaron al fútbol, entiendan un poco estos arranques de locura. Y bueno, a Luchito dámelo siempre!


jueves, 19 de junio de 2014

Suárez, el líder de los espartanos

En un partido en el que solo valía ganar, apareció Luis Suárez para devolverle la esperanza a casi 4 millones de habitantes que nacieron respirando fútbol. ¿Cuál es la influencia de este ‘9’?
Hoy fue el Uruguay de Suárez, como en 2010 fue el Uruguay de Forlán. El fútbol es un juego colectivo hasta que surgen estas figuras gigantescas. Y es que el equipo tiene dos caras: una cuando juega el delantero del Liverpool y otra cuando no. ¿Por qué es un crack? Fuera de su desequilibrio, personalidad y genialidad como futbolista, hoy vimos un Uruguay que se rearmó para abrirle los brazos a su mejor delantero en los últimos 20 años. Odiado por muchos, amado por otros; caracterizado por escupir y morder rivales, y por sus actuaciones en el área para buscar un penal. Siempre presente de ‘9’ y bien llamado ‘Conejo’. O ‘Pistolero’. Ayer tuvo dos balas y acabó con Inglaterra.
Se lució con dos goles que le devolvieron la vida a un Uruguay que se hundía perdido en el que es bien llamado el “Grupo de la muerte". Tras una terrible derrota frente a Costa Rica, el cuadro de Tabárez tenía que salir a buscar el partido ante Inglaterra, y vaya que lo consiguió. Es cierto que el equipo se paró mejor, fue más cuidadoso en defensa-sin Lugano- y que lo dejó todo por la Celeste, pero fundamental para el triunfo fue la total efectividad de cara al arco de su máxima estrella. El siempre polémico Luis Suárez.
Luego de toda la crítica que recibió, las declaraciones previas al encuentro de un Roy Hodgson que lo excluía del grupo de jugadores de talla mundial y esa lesión que lo ausentó del primer encuentro, hoy salió a la cancha  a callarle la boca a todos y demostró porque es un crack. Luchito consiguió los tres puntos y luego de esto, no se aguantó las lágrimas y el mundo entero lo vio llorar de felicidad. De esa felicidad inmensa que te da saber que fuiste el responsable de devolverle la esperanza a todo un país, de demostrarles que pueden seguir creyendo y que siempre vas a estar ahí para ponerte el equipo al hombro y salir jugando.
Hoy Suárez le regala una ilusión a ese grupo de espartanos que salieron a matar a la cancha. Contra todo y contra todos demostró una vez más que no existe poder defensivo que lo derribe. Que no importa la rodilla sentida si tienes el corazón intacto. Así se lució en un encuentro no acto para cardiacos. Gracias por tanto fútbol, gracias por tanta alegría. Has ganado más que un partido: te metiste al bolsillo a la hinchada del mundo. Conseguiste más que dos goles, te llevaste el respeto de todos. Hoy ya no eres un delantero más, eres el mejor de todos.



lunes, 16 de junio de 2014

Más que individualidades, equipos

Brasil 2014 ha arrancado con resultados inesperados y nos deja la impresión de que, esta vez, el que entienda que el juego en equipo prevalece ante las individualidades, es posible candidato a llevarse la copa.

Luego de ser testigos de la sorpresiva primera rueda de fase de grupos, solo podemos sacar una conclusión clara: El mundial tiene que ganarlo un equipo en su conjunto, no es tiempo de individualidades. En el podio inicial ubicaría a las selecciones que más destacaron por su inteligencia colectiva: Holanda, Italia y Alemania. Cabe mencionar a equipos menores como Colombia y Chile, que también entendieron que requieren de la precisión de sus once jugadores, más que de la virtud de una o dos estrellas.

Iniciamos con una Holanda avasalladora, que pasó por encima a una selección española perdida en 45 minutos. A excepción de un par de goles, reflejaron ampliamente su superioridad en potencia y asociaciones. Italia, siempre exquisito, cuenta con el fútbol en extinción; el de Andrea Pirlo. Un jugador exquisito y máximo referente para que jugadores jóvenes como Balotelli, Candreva y Dermián nos brinden lo mejor de su fútbol. El cuadro italiano mostró lo que es trabajar en conjunto, y dejó a Inglaterra con escasas oportunidades de clasificar a octavos.

Lo de Alemania fue apabullante. Le pasaron por encima a un equipo que tenía todas sus esperanzas puestas en Cristiano Ronaldo. Quizá este fue el mejor escenario para reafirmar que Brasil 2014 requiere países consolidados en todas sus líneas, si se busca ser campeón. Flojo también lo de Argentina, que quizá con un Gago que calibra el equipo y con Higuaín acompañando a Messi, podría brindar un mejor espectáculo en la segunda fase.

Equipos solidarios como lo mencionamos antes: Colombia y Chile. El primero tendrá que seguir mejorando su juego por las bandas y dependerá por momentos de las apariciones de James Rodriguez y la confianza que deberán tenerse sus delanteros de cara al arco. Chile, por su parte, hizo un buen partido, pero siempre se le va a exigir más. Tiene jugadores que vienen de ser figuras en sus clubes y que se complementan bien en su selección. Habrá que afinar cada sector de la cancha para ser potenciales rivales antes España y Holanda.

Casos utópicos los de España y Uruguay. Nadie se imaginó que el último campeón sería goleado en su primera participación. Sin duda habrá que revisar los errores y pensar dos veces antes de sacar al referente del equipo, Xabi Alonso. Lo de Uruguay, campeón sudamericano, pasa por una desconcentración total del grupo y por la falta de su máximo artillero, Luis Suárez. En ambos casos, me parece errado darlos por muertos a inicios de esta Copa del Mundo. Países llenos de buen fútbol y garra, nunca pueden darse por perdidos.

Jugadores van, jugadores vienen. Aparecen estrellas en los camerinos y se apagan en la cancha. Habrá que jugársela por mucho más que la genialidad de pocos. Esta vez, sin duda, pesarán más las asociaciones en grupo y la contundencia en equipo. Y bueno, Brasil con Neymar es siempre candidato.








miércoles, 28 de mayo de 2014

10 consejos para hacer feliz a tu novio en el Mundial


  1. No lo tramites cuando quiera ir por unas chelas a la casa de sus patas a ver el partido. (No, no vas a ir con él, ni lo intentes.
  2. No le hagas preguntas mientras está viendo el partido. (Si es muy urgente, tienes 15 minutos en el entretiempo, atenta al reloj!)
  3. No quieras chapártelo en pleno gol... nunca! Tienes todo el día para eso, no lo hagas durante el gol, por favor.
  4. No le pidas que no sea grosero y que no diga lisuras... No jodas, es fútbol!
  5. Si no sabes nada sobre técnica y táctica... mejor no te metas, gracias.
  6. No interrumpas en las repeticiones de las jugadas, siempre son polémicas y hay que volver a verlas. (Sí, las veces que sea necesario)
  7. Entiende que por 30 días el fútbol es la prioridad. No importa lo que tu quieras, importa el fútbol. (Antes que las cenas, las juergas, los cumplemeses, los aniversarios, el cine, etc)
  8. Si su equipo pierde y no quiere saber nada de nadie... dale su tiempo y su espacio, todo pasa! (Puede durar varias horas, incluso semanas si el país al que le va pierde la final).
  9. Ni se te ocurra cambiar de canal o irrumpir en pleno partido para decir: Qué churro es Cristiano Ronaldo!!! (Sí, está bueno... buenísimo! Pero guárdatelo para otro momento).
  10. Se una buena novia y entiende que el Mundial es el evento más importante de todos y que sólo se viva cada cuatro años. Para los amantes del fútbol (probablemente tu flaquito) son los 30 días más lindos del mundo!
   PD: Si a tu novia le gusta el fútbol  y a ti no, acomódate! Y si le gusta, estás ganado!


domingo, 25 de mayo de 2014

Mírenlo por el lado amable

Se vienen dos partidos amistosos para la selección. Juegan en Europa, contra Inglaterra y Suiza. Parece que nadie le está dando la importancia necesaria y es seguro que nadie apuesta un sol por la blanquirroja. Y no es culpa de los hinchas, porque la 12 de Perú siempre se caracterizó por estar ahí, mirando de cerca, cada uno de los pasos de su equipo, cuando todavía existían posibilidades de ir al Mundial. Estuvo ahí hasta que matemáticamente pudimos clasificar. Pero el deber de todos, como hinchas, no acaba en esos partidos.

Nadie les pide que se junten en una casa con las camisetas puestas y con la parrilla lista para apoyar a estos once que se quedaron, de nuevo, fuera del Mundial. Nadie les pide que griten los goles como si fuera un partido oficial que sume puntos para una siguiente clasificatoria. Pero sí que le pongan un poco más de interés a estos dos encuentros que, si bien le sirven mucho más a los rivales como práctica para la Copa del Mundo, también le servirán a nuestros jugadores para demostrar de qué están hechos.

Si yo estuviera entre esos 22 convocados que están entrenando en Madrid, dejaría todo en la cancha para ser la figurita del partido y que se hable de mí los próximos días en Europa. Un buen papel de cualquiera de estos chicos, significa que se les vea y se les tenga en cuenta para irse a jugar a uno de esos clubes con los que deben haber soñado siempre. Los seleccionados se están jugando un partido aparte. Muchos serán conscientes de lo que significa quedar bien parado ante Gerrard y Lampard, o de atajar un gol de Rooney. Otros verán el partido como la mayoría de peruanos, no le darán la importancia del caso y estarán perdiendo así la oportunidad de sus vidas.

A nosotros como peruanos nos conviene apoyar partidos como estos, porque no tenemos mucho que perder. Nadie puede estar seguro de que vayamos a conseguir una victoria, pero podemos apostarle al buen juego, a la entrega, al despegue de algunos juveniles y a la ratificación de otros. A como está el fútbol en nuestro país, lo mejor que nos puede pasar es que más jugadores brillen en la liga europea, aquella que se caracteriza por albergar a los mejores futbolistas y clubes alrededor del mundo. Que nuestros seleccionados jueguen en equipos importantes, hace que lleguen mejor preparados a las eliminatorias y así aumentan las esperanzas y probabilidades de ir al siguiente Mundial. Si ya estamos fuera de Brasil, solo nos queda apoyar a Perú de la mejor manera, hay que mirarlo por el lado amable. Es de hinchas apoyar a tu equipo en las buenas y en las malas, aunque estas duren años.


Fuente: Diario "El Comercio"


viernes, 16 de mayo de 2014

Cada cuatro años

 “El fútbol es el amor más largo y descabellado de nuestra vida. Es la pasión desesperada por los opuestos: pertenencia y privación, multitud y soledad, devoción y rencor. Alejarse del fútbol es mutilar parte de nuestro corazón.” Y es que Jorge Eslava no pudo definirlo mejor, y claro ejemplo de esto, es que cada cuatro años, el mundo se paraliza para poder formar parte, admirar y vivir de alguna manera el evento más grande e importante. Ese que no distingue por género, edad, sector social o creencia religiosa. Efectivamente, el Mundial.

Un evento del que nadie se salva. Un evento del que nadie quiere salvarse. Todos queremos ser parte de él. Todos queremos vivir esta locura, formar parte de la multitud, vibrar con cada partido, sufrir con cada foul, reírnos con cada huacha, mordernos las uñas con cada penal, maldecir al árbitro y al equipo rival, comernos las pantallas y gritar un gol con todas las fuerzas de nuestro corazón. Aquí no hay diferencias, aquí no importa si nunca jugaste al fútbol, no importa si eres mujer, no importa si eres niño, no importa si eres ateo, no importa si eres pobre… aquí solo importa el fútbol; festejar, celebrar, bailar, llorar, sufrir, gritar… vivir.

Y es que para disfrutar del fútbol, para vivir una Copa del Mundo, no es necesario estar dentro del campo. Dichosos quienes tengan la oportunidad de viajar a Brasil y apreciar los partidos desde la misma cancha; pero dichosos también los que logren escaparse de sus jefes para ver los encuentros por la tele, los que consigan que sus mujeres no les hagan preguntas en pleno partido, los que tengan un profesor que entienda que en época de Mundial las clases pasan a un segundo plano, los que puedan explicarle a sus hijos lo que significa marcar un gol en el minuto 90, los que vayan a buscar a su novia y la besen celebrando un gol, los que encuentran la excusa perfecta para juntarse con los amigos, los que grabaron el partido y consiguieron que nadie les cuente el resultado, los que tienen a su país dentro de los 32 y los que no lo tienen también, los que acierten en la polla, los que celebren un triunfo como si fuera propio… dichosos todos los que tengan la oportunidad de, sea como sea, vivir este Mundial, porque para volver a vivirlo tendrán que esperar cuatro años más.




Mi verdadera opinión sobre Manco

Cuando dije que el caso de Reimond Manco me daba pena, no me refería a él como persona. Tuve la oportunidad de conocerlo y la verdad me cayó muy bien. Siempre que le pedí una entrevista me la concedió, y eso habla bien de él. Considero que no soy nadie para juzgar la forma de vivir de la gente. Cuando dije que el caso de Manco me daba pena, me refería a su carrera profesional. Hablaba de la lástima que siento cuando veo que desperdicia su talento. Quizá porque he visto a pocos jugadores peruanos que sean igual de habilidosos o porque en algún momento pensé que frente a mí tenía al próximo ídolo de Alianza Lima. Y creo que, probablemente, el mismo Reimond piense lo mismo que yo.

No creo que luego de haber tocado lo más alto y de haber sido titular de muchos diarios deportivos durante varios meses, no le afecte negativamente el ver que a sus 23 años, su carrera se encuentra en fase terminal.  No creo que luego de haber pasado por clubes en Holanda y Qatar, no le afecte terminar sus minutos en Chimbote, sin menospreciar al Gálvez que confía en él  y le está abriendo las puertas. No creo que no le afecte que el equipo de sus amores,  Alianza Lima, del cual salió y del cual  siempre será hincha; no lo tome en cuenta para formar parte de su plantel. No creo que no le afecte que la hinchada que un día coreó su nombre en un estadio, ahora le dé la espalda y no lo quiera ver en la cancha. No creo que no le afecte ver sus “ampays” en programas de espectáculos, en lugar de ver sus goles los domingos por la noche. No creo que no le afecte que su nombre aparezca más en la sección de chismes, que en la de Deportes. No creo que no le afecte el hecho de verse involucrado en problemas de alcoholismo, cuando él sabe que es el ejemplo a seguir de muchos niños.
Creo que mi opinión es la misma que la de muchos peruanos, que vieron en ese “jotita” a una posibilidad para soñar con el once ideal para, por fin, poder ir al Mundial. Es imposible  que a alguien que ama el fútbol no le dé pena que deportistas tan talentosos, acaben sus días en lo más oscuro del olvido. Porque la profesión de futbolista te da la oportunidad de ser amado y aclamado por millones, pero también es cruel con quienes cometen errores, con quienes desperdician su talento y con quienes manchan el nombre de algún club con su mala conducta.  Sería mentir decir que no me da pena saber que la historia de Manco, es una de las muchas que vamos a conocer, mientras que las cosas en el fútbol peruano no cambien. 


¿Cubillas o Pizarro?

Sin duda, la comparación entre Teófilo Cubillas y Claudio Pizarro siempre va a generar discusión y polémica entre los hinchas peruanos. Muchos sugieren que el primero es el jugador más exitoso de todos los tiempos por sus grandes actuaciones y logros obtenidos a nivel selección;  mientras que otros destacan por encima de todo los logros personales conseguidos, records alcanzados y el buen juego en equipo que viene mostrando Claudio en la élite del fútbol Europeo. Personalmente, considero equivocado el  hecho de comparar a jugadores que pertenecen a épocas distintas y que se desempeñaron en posiciones diferentes dentro de la cancha.
Teófilo Cubillas ha conseguido llegar en dos oportunidades a cuartos de final en las Copas del Mundo de México 70 y Argentina 78. Tiene galardones a mejor futbolista sudamericano, es el octavo goleador en la historia de los mundiales, el mediocampista con mayor cantidad de anotaciones y está entre los 50 mejores jugadores del siglo XX. Está tallado en la memoria de muchos hinchas como uno de los más grandes ídolos peruanos por todo lo que consiguió con la camiseta peruana. Claudio Pizarro, por su parte, es un jugador que lo ha ganado todo con su club, el Bayern de Munich. Es el máximo goleador extranjero de la Bundesliga, un torneo altamente competitivo que tiene como protagonistas a muchos de los mejores representantes del fútbol mundial. Actualmente, está entre los 10 primeros puestos de los máximos goleadores del Bayern, habiendo superado ya a Lörh y poniéndose a un gol de Müller.
Ambos son, fueron y serán inmensamente exitosos en su trayectoria como futbolistas, pero este éxito no puede ser medible, ni comparable para alguien que entiende el fútbol.  Cubillas jugaba de mediocampista ofensivo, Pizarro es delantero. El deporte ha ido cambiando a lo largo de los años. A uno le tocó jugar en una época en la que el fútbol era un deporte bastante lento y primaba el talento y la técnica por sobre todas las cosas. El otro compite actualmente, en un juego en el que, talento y técnica, deben ir de la mano con la capacidad física y el orden táctico. Cubillas supo adecuarse perfecto al juego de su selección, junto a compañeros con los que compartió por mucho tiempo en su club, Alianza Lima. Pizarro juega todo el año fuera del país, lo cual inevitablemente complica su desempeño dentro del plantel peruano. 
Nadie puede menospreciar el juego de ninguna de estas dos estrellas. Ambos son jugadores que han conseguido muchos títulos que los llevan,  hoy en día, a ser de los peruanos más reconocidos a nivel mundial. Sería injusto compararlos y juzgar el éxito de ambos, basándose en premisas que solo están en la memoria y el corazón de los hinchas.