En
un partido en el que solo valía ganar, apareció Luis Suárez para devolverle la
esperanza a casi 4 millones de habitantes que nacieron respirando fútbol. ¿Cuál
es la influencia de este ‘9’?
Hoy fue el Uruguay de
Suárez, como en 2010 fue el Uruguay de Forlán. El fútbol es un juego colectivo
hasta que surgen estas figuras gigantescas. Y es que el equipo tiene dos caras:
una cuando juega el delantero del Liverpool y otra cuando no. ¿Por qué es un
crack? Fuera de su desequilibrio, personalidad y genialidad como futbolista,
hoy vimos un Uruguay que se rearmó para abrirle los brazos a su mejor delantero
en los últimos 20 años. Odiado por muchos, amado por otros; caracterizado por
escupir y morder rivales, y por sus actuaciones en el área para buscar un
penal. Siempre presente de ‘9’ y bien llamado ‘Conejo’. O ‘Pistolero’. Ayer
tuvo dos balas y acabó con Inglaterra.
Se lució con dos goles que le devolvieron la vida a un Uruguay que se hundía
perdido en el que es bien llamado el “Grupo de la muerte". Tras una
terrible derrota frente a Costa Rica, el cuadro de Tabárez tenía que salir a
buscar el partido ante Inglaterra, y vaya que lo consiguió. Es cierto que el
equipo se paró mejor, fue más cuidadoso en defensa-sin Lugano- y que lo dejó
todo por la Celeste, pero fundamental para el triunfo fue la total efectividad
de cara al arco de su máxima estrella. El siempre polémico Luis Suárez.
Luego de toda la crítica que recibió, las declaraciones previas al encuentro de
un Roy Hodgson que lo excluía del grupo de jugadores de talla mundial y esa
lesión que lo ausentó del primer encuentro, hoy salió a la cancha a
callarle la boca a todos y demostró porque es un crack. Luchito consiguió los
tres puntos y luego de esto, no se aguantó las lágrimas y el mundo entero lo
vio llorar de felicidad. De esa felicidad inmensa que te da saber que fuiste el
responsable de devolverle la esperanza a todo un país, de demostrarles que
pueden seguir creyendo y que siempre vas a estar ahí para ponerte el equipo al
hombro y salir jugando.
Hoy Suárez le regala una ilusión a ese grupo de espartanos que salieron a matar
a la cancha. Contra todo y contra todos demostró una vez más que no existe
poder defensivo que lo derribe. Que no importa la rodilla sentida si tienes el
corazón intacto. Así se lució en un encuentro no acto para cardiacos. Gracias
por tanto fútbol, gracias por tanta alegría. Has ganado más que un partido: te
metiste al bolsillo a la hinchada del mundo. Conseguiste más que dos goles, te
llevaste el respeto de todos. Hoy ya no eres un delantero más, eres el mejor de
todos.
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