miércoles, 28 de mayo de 2014

10 consejos para hacer feliz a tu novio en el Mundial


  1. No lo tramites cuando quiera ir por unas chelas a la casa de sus patas a ver el partido. (No, no vas a ir con él, ni lo intentes.
  2. No le hagas preguntas mientras está viendo el partido. (Si es muy urgente, tienes 15 minutos en el entretiempo, atenta al reloj!)
  3. No quieras chapártelo en pleno gol... nunca! Tienes todo el día para eso, no lo hagas durante el gol, por favor.
  4. No le pidas que no sea grosero y que no diga lisuras... No jodas, es fútbol!
  5. Si no sabes nada sobre técnica y táctica... mejor no te metas, gracias.
  6. No interrumpas en las repeticiones de las jugadas, siempre son polémicas y hay que volver a verlas. (Sí, las veces que sea necesario)
  7. Entiende que por 30 días el fútbol es la prioridad. No importa lo que tu quieras, importa el fútbol. (Antes que las cenas, las juergas, los cumplemeses, los aniversarios, el cine, etc)
  8. Si su equipo pierde y no quiere saber nada de nadie... dale su tiempo y su espacio, todo pasa! (Puede durar varias horas, incluso semanas si el país al que le va pierde la final).
  9. Ni se te ocurra cambiar de canal o irrumpir en pleno partido para decir: Qué churro es Cristiano Ronaldo!!! (Sí, está bueno... buenísimo! Pero guárdatelo para otro momento).
  10. Se una buena novia y entiende que el Mundial es el evento más importante de todos y que sólo se viva cada cuatro años. Para los amantes del fútbol (probablemente tu flaquito) son los 30 días más lindos del mundo!
   PD: Si a tu novia le gusta el fútbol  y a ti no, acomódate! Y si le gusta, estás ganado!


domingo, 25 de mayo de 2014

Mírenlo por el lado amable

Se vienen dos partidos amistosos para la selección. Juegan en Europa, contra Inglaterra y Suiza. Parece que nadie le está dando la importancia necesaria y es seguro que nadie apuesta un sol por la blanquirroja. Y no es culpa de los hinchas, porque la 12 de Perú siempre se caracterizó por estar ahí, mirando de cerca, cada uno de los pasos de su equipo, cuando todavía existían posibilidades de ir al Mundial. Estuvo ahí hasta que matemáticamente pudimos clasificar. Pero el deber de todos, como hinchas, no acaba en esos partidos.

Nadie les pide que se junten en una casa con las camisetas puestas y con la parrilla lista para apoyar a estos once que se quedaron, de nuevo, fuera del Mundial. Nadie les pide que griten los goles como si fuera un partido oficial que sume puntos para una siguiente clasificatoria. Pero sí que le pongan un poco más de interés a estos dos encuentros que, si bien le sirven mucho más a los rivales como práctica para la Copa del Mundo, también le servirán a nuestros jugadores para demostrar de qué están hechos.

Si yo estuviera entre esos 22 convocados que están entrenando en Madrid, dejaría todo en la cancha para ser la figurita del partido y que se hable de mí los próximos días en Europa. Un buen papel de cualquiera de estos chicos, significa que se les vea y se les tenga en cuenta para irse a jugar a uno de esos clubes con los que deben haber soñado siempre. Los seleccionados se están jugando un partido aparte. Muchos serán conscientes de lo que significa quedar bien parado ante Gerrard y Lampard, o de atajar un gol de Rooney. Otros verán el partido como la mayoría de peruanos, no le darán la importancia del caso y estarán perdiendo así la oportunidad de sus vidas.

A nosotros como peruanos nos conviene apoyar partidos como estos, porque no tenemos mucho que perder. Nadie puede estar seguro de que vayamos a conseguir una victoria, pero podemos apostarle al buen juego, a la entrega, al despegue de algunos juveniles y a la ratificación de otros. A como está el fútbol en nuestro país, lo mejor que nos puede pasar es que más jugadores brillen en la liga europea, aquella que se caracteriza por albergar a los mejores futbolistas y clubes alrededor del mundo. Que nuestros seleccionados jueguen en equipos importantes, hace que lleguen mejor preparados a las eliminatorias y así aumentan las esperanzas y probabilidades de ir al siguiente Mundial. Si ya estamos fuera de Brasil, solo nos queda apoyar a Perú de la mejor manera, hay que mirarlo por el lado amable. Es de hinchas apoyar a tu equipo en las buenas y en las malas, aunque estas duren años.


Fuente: Diario "El Comercio"


viernes, 16 de mayo de 2014

Cada cuatro años

 “El fútbol es el amor más largo y descabellado de nuestra vida. Es la pasión desesperada por los opuestos: pertenencia y privación, multitud y soledad, devoción y rencor. Alejarse del fútbol es mutilar parte de nuestro corazón.” Y es que Jorge Eslava no pudo definirlo mejor, y claro ejemplo de esto, es que cada cuatro años, el mundo se paraliza para poder formar parte, admirar y vivir de alguna manera el evento más grande e importante. Ese que no distingue por género, edad, sector social o creencia religiosa. Efectivamente, el Mundial.

Un evento del que nadie se salva. Un evento del que nadie quiere salvarse. Todos queremos ser parte de él. Todos queremos vivir esta locura, formar parte de la multitud, vibrar con cada partido, sufrir con cada foul, reírnos con cada huacha, mordernos las uñas con cada penal, maldecir al árbitro y al equipo rival, comernos las pantallas y gritar un gol con todas las fuerzas de nuestro corazón. Aquí no hay diferencias, aquí no importa si nunca jugaste al fútbol, no importa si eres mujer, no importa si eres niño, no importa si eres ateo, no importa si eres pobre… aquí solo importa el fútbol; festejar, celebrar, bailar, llorar, sufrir, gritar… vivir.

Y es que para disfrutar del fútbol, para vivir una Copa del Mundo, no es necesario estar dentro del campo. Dichosos quienes tengan la oportunidad de viajar a Brasil y apreciar los partidos desde la misma cancha; pero dichosos también los que logren escaparse de sus jefes para ver los encuentros por la tele, los que consigan que sus mujeres no les hagan preguntas en pleno partido, los que tengan un profesor que entienda que en época de Mundial las clases pasan a un segundo plano, los que puedan explicarle a sus hijos lo que significa marcar un gol en el minuto 90, los que vayan a buscar a su novia y la besen celebrando un gol, los que encuentran la excusa perfecta para juntarse con los amigos, los que grabaron el partido y consiguieron que nadie les cuente el resultado, los que tienen a su país dentro de los 32 y los que no lo tienen también, los que acierten en la polla, los que celebren un triunfo como si fuera propio… dichosos todos los que tengan la oportunidad de, sea como sea, vivir este Mundial, porque para volver a vivirlo tendrán que esperar cuatro años más.




Mi verdadera opinión sobre Manco

Cuando dije que el caso de Reimond Manco me daba pena, no me refería a él como persona. Tuve la oportunidad de conocerlo y la verdad me cayó muy bien. Siempre que le pedí una entrevista me la concedió, y eso habla bien de él. Considero que no soy nadie para juzgar la forma de vivir de la gente. Cuando dije que el caso de Manco me daba pena, me refería a su carrera profesional. Hablaba de la lástima que siento cuando veo que desperdicia su talento. Quizá porque he visto a pocos jugadores peruanos que sean igual de habilidosos o porque en algún momento pensé que frente a mí tenía al próximo ídolo de Alianza Lima. Y creo que, probablemente, el mismo Reimond piense lo mismo que yo.

No creo que luego de haber tocado lo más alto y de haber sido titular de muchos diarios deportivos durante varios meses, no le afecte negativamente el ver que a sus 23 años, su carrera se encuentra en fase terminal.  No creo que luego de haber pasado por clubes en Holanda y Qatar, no le afecte terminar sus minutos en Chimbote, sin menospreciar al Gálvez que confía en él  y le está abriendo las puertas. No creo que no le afecte que el equipo de sus amores,  Alianza Lima, del cual salió y del cual  siempre será hincha; no lo tome en cuenta para formar parte de su plantel. No creo que no le afecte que la hinchada que un día coreó su nombre en un estadio, ahora le dé la espalda y no lo quiera ver en la cancha. No creo que no le afecte ver sus “ampays” en programas de espectáculos, en lugar de ver sus goles los domingos por la noche. No creo que no le afecte que su nombre aparezca más en la sección de chismes, que en la de Deportes. No creo que no le afecte el hecho de verse involucrado en problemas de alcoholismo, cuando él sabe que es el ejemplo a seguir de muchos niños.
Creo que mi opinión es la misma que la de muchos peruanos, que vieron en ese “jotita” a una posibilidad para soñar con el once ideal para, por fin, poder ir al Mundial. Es imposible  que a alguien que ama el fútbol no le dé pena que deportistas tan talentosos, acaben sus días en lo más oscuro del olvido. Porque la profesión de futbolista te da la oportunidad de ser amado y aclamado por millones, pero también es cruel con quienes cometen errores, con quienes desperdician su talento y con quienes manchan el nombre de algún club con su mala conducta.  Sería mentir decir que no me da pena saber que la historia de Manco, es una de las muchas que vamos a conocer, mientras que las cosas en el fútbol peruano no cambien. 


¿Cubillas o Pizarro?

Sin duda, la comparación entre Teófilo Cubillas y Claudio Pizarro siempre va a generar discusión y polémica entre los hinchas peruanos. Muchos sugieren que el primero es el jugador más exitoso de todos los tiempos por sus grandes actuaciones y logros obtenidos a nivel selección;  mientras que otros destacan por encima de todo los logros personales conseguidos, records alcanzados y el buen juego en equipo que viene mostrando Claudio en la élite del fútbol Europeo. Personalmente, considero equivocado el  hecho de comparar a jugadores que pertenecen a épocas distintas y que se desempeñaron en posiciones diferentes dentro de la cancha.
Teófilo Cubillas ha conseguido llegar en dos oportunidades a cuartos de final en las Copas del Mundo de México 70 y Argentina 78. Tiene galardones a mejor futbolista sudamericano, es el octavo goleador en la historia de los mundiales, el mediocampista con mayor cantidad de anotaciones y está entre los 50 mejores jugadores del siglo XX. Está tallado en la memoria de muchos hinchas como uno de los más grandes ídolos peruanos por todo lo que consiguió con la camiseta peruana. Claudio Pizarro, por su parte, es un jugador que lo ha ganado todo con su club, el Bayern de Munich. Es el máximo goleador extranjero de la Bundesliga, un torneo altamente competitivo que tiene como protagonistas a muchos de los mejores representantes del fútbol mundial. Actualmente, está entre los 10 primeros puestos de los máximos goleadores del Bayern, habiendo superado ya a Lörh y poniéndose a un gol de Müller.
Ambos son, fueron y serán inmensamente exitosos en su trayectoria como futbolistas, pero este éxito no puede ser medible, ni comparable para alguien que entiende el fútbol.  Cubillas jugaba de mediocampista ofensivo, Pizarro es delantero. El deporte ha ido cambiando a lo largo de los años. A uno le tocó jugar en una época en la que el fútbol era un deporte bastante lento y primaba el talento y la técnica por sobre todas las cosas. El otro compite actualmente, en un juego en el que, talento y técnica, deben ir de la mano con la capacidad física y el orden táctico. Cubillas supo adecuarse perfecto al juego de su selección, junto a compañeros con los que compartió por mucho tiempo en su club, Alianza Lima. Pizarro juega todo el año fuera del país, lo cual inevitablemente complica su desempeño dentro del plantel peruano. 
Nadie puede menospreciar el juego de ninguna de estas dos estrellas. Ambos son jugadores que han conseguido muchos títulos que los llevan,  hoy en día, a ser de los peruanos más reconocidos a nivel mundial. Sería injusto compararlos y juzgar el éxito de ambos, basándose en premisas que solo están en la memoria y el corazón de los hinchas.