miércoles, 2 de julio de 2014

Quiero ver a Perú en el Mundial

Yo quiero ver a Perú en el Mundial. Estoy harta de alentar a otras selecciones y de gritar goles que no me pertenecen. Pero soy consciente de que, para que eso pase, tenemos que cambiar todos. Y cuando digo todos me refiero a TODOS. En este reto, porque ir al Mundial definitivamente va a ser uno de los mayores retos que tengamos, necesitamos participar desde los hinchas, hasta los máximos dirigentes, pasando por periodistas, jugadores y técnicos. Es muy fácil pedir que se vaya Burga, pero a mí parecer eso no arreglaría ni el 50% del problema. Este asunto es mucho más grave de lo que aparenta. Las personas cultas y poderosas del país menosprecian el fútbol, pero no se dan cuenta de la magnitud que tendría el hecho de clasificar a una Copa del Mundo. En un país tan futbolero como el nuestro, creo que podríamos unir fuerzas para darnos una vez más la alegría de vernos clasificados  y estoy segura que nos serviría como empuje para lograr retos mayores, no necesariamente relacionados al deporte.

El problema del fútbol peruano, como muchos otros presentes en el país, radica en la falta de educación. Sí, es así de simple como eso. Mientras estemos últimos en el ranking PISA, no podemos pedirles a nuestros jugadores que actúen en forma inteligente cuando les cae tanto dinero de la nada. La educación viene de casa, pero también es responsabilidad del gobierno, y este en definitiva no está haciendo  un buen trabajo. Ahí radica que nuestros jugadores, que siempre vivieron con bajos recursos económicos, despilfarren su dinero y se pierdan en el mundo… netamente porque nunca les enseñaron a hacer lo contrario, nunca les hablaron del ahorro, ni de los beneficios que podrían tener a largo plazo si cumplían adecuadamente con su trabajo como futbolistas. Hay que tener claro que al peruano le encanta vivir el momento, y se olvida, muchas veces, de las consecuencias.

También es evidente que a los dirigentes de nuestro país les basta con llenarse los bolsillos para sentirse satisfechos. No solo son los encargados de la Federación Peruana los que están involucrados en esto, sino todos los clubes del Perú, que son incapaces de invertir en la formación integral de los jugadores. No basta con hacer dos canchas y comprar 30 pelotas, es necesario también ocuparse del tema nutricional, psicológico, físico y darles asistencia social a los jugadores. Yo no dudo de las buenas intenciones de los peruanos cuando salen a la cancha, no creo que, como muchos piensan, salgan a perder. Pero imagínense enfrentarse a rivales que vienen practicando este deporte desde los ocho años, con todas las comodidades y requerimientos; mientras nuestros jugadores con suerte debutaron a los 16 en un equipo que probablemente no les ofreció nada más que el nombre. A favor de los futbolistas peruanos el talento y las  ganas indiscutibles de, pese a lo difícil que es jugar fútbol en el Perú, perseverar en su afán de llegar a ser profesionales en este deporte. En contra las malas decisiones que toman cuando están en el mejor momento de sus carreras. Cuando consiguieron todo para brillar y abrirse paso en este jodido mundo del fútbol, deciden regresar a jugar en el país porque extrañan a su familia, la juerga y la comida. Complicado que con una mentalidad como esa logremos alcanzar cosas mayores a nivel selección. Pero, como dije antes, esto pasa por un tema educativo.

En cuanto al periodismo deportivo peruano, debo decir, y me incluyo, que tenemos gran culpa del problema. Es increíble la facilidad con que alabamos a los jugadores porque hicieron un buen partido y luego los acribillamos cuando fallan un gol. Mientras le vendamos a la gente la idea de que existen solo cuatro fantásticos, nada va a cambiar para bien. La prensa tiene que aportar, tiene que sumar, debe informar; no mentir, no dañar, no ensuciar. Seamos críticos con los jugadores dentro de la cancha, lo que hagan afuera hay que dejarlo para el espectáculo, para los que se ocupan del morbo, de la cochinada.

Y a todos los críticos del fútbol, a todos los que viven matando a Burga, a Markarián y a la selección peruana, les cuento que de ustedes también depende que todo cambie. Si quieren ver a la blanquirroja en el Mundial, tienen que ser más consecuentes con sus actos. No pueden un día alabar a un jugador y al día siguiente matarlo. Estaría bueno apoyar a la selección en general, no idealizar a los jugadores para luego enterrarlos en el hoyo más profundo. Hay que alentarlos a hacer las cosas bien, felicitarlos por sus logros, pero no ponerlos en un pedestal… son jugadores de fútbol, no son héroes nacionales. Por lo menos no hasta que campeonen un Mundial. No sé ustedes, pero yo quiero gritar un gol de Perú en el Mundial, ese es mi sueño y espero cumplirlo.